martes, 25 de noviembre de 2014

MAGALI



El martes 11 de noviembre rendimos Homenaje a nuestra compañera Magali. El salón de actos se llenó con su familia, sus compañeros, los padres y sus alumnos. Todos rememoramos con emoción a la Magali persona y profesional.
Dos de sus alumnas quisieron recordar la impronta que dejo en ellas con un texto muy intenso.




Malditos adolescentes. Así se llamaba el grupo de teatro del que tuve la suerte de formar parte durante los años de instituto. Magali vino a vernos a alguna función. El nombre de la compañía era el título de uno de los muchos libros que ella nos descubrió y describía en buena medida lo que éramos por aquel entonces. Comenzábamos a ser adultos sin llegar a serlo y eso nos daba vértigo; todo nos rebotaba por dentro y por fuera, había mucho por cambiar y a menudo nos sentíamos incomprendidos. 
La adolescencia es una época preciosa y emocionante pero enfrentarse a ella desde fuera no es fácil. Sin embargo (y afortunadamente) hay algunos valientes que día a día se enfrentan a esos malditos adolescentes; les escuchan y les enseñan, les ofrecen recursos para enfrentarse a la vida que ha dejado de ser para ellos un cuento infantil.

Magali fue la valiente que a mí me tocó. Fue ella la que hizo más fácil el paso del cole al instituto. Su mesa estrictamente ordenada era reflejo de la calma y la tranquilidad con las que, cada día, afrontaba su trabajo. Nos enseñó lengua y literatura con paciencia y pasión, pero sobre todo, nos enseñó a ser buenas personas.

Escribir siempre me gustó y recuerdo con ilusión la cantidad de redacciones que hicimos con Magali. Si hoy se mantiene mi entusiasmo por la escritura es, en parte, gracias a ella. Ella fue mi tutora durante dos años e hizo que hoy, mucho tiempo después de mi maldita adolescencia, le siga guardando un gran cariño.

Muchas gracias maestra.

                                                                                                         Marta Mangado Martínez





Siempre he pensado que una buena educación es la mejor guía para saber qué camino seguir en el mapa de la vida. Yo tengo la suerte de recorrer un sendero que me apasiona gracias a profesoras como Magali. Ella fue una de las personas que me inculcó el amor por mi trabajo y me animó a descubrir que merece la pena hacer lo que a uno le gusta. Porque, además de ser una profesora admirable, era una gran persona.
Recuerdo que un día, ordenando trastos en mi habitación, encontré un texto que Magali nos mandó escribir en 1º de E.S.O. En él, teníamos que contarle qué queríamos estudiar y por qué. Yo escribí que quería ser periodista. Ahora, doce o trece años después, soy periodista, y no puedo evitar sonreír cada vez que releo esa redacción. Quizás porque sé que un trocito de lo que he conseguido (o mucho) se lo debo a ella. Así que hoy solo puede decirle una cosa: gracias por haberte cruzado en mi camino.
                                                                                                       
 Alexandra López Navarro






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